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Qué ver en Argel | Argelia en el mapa

Igual te cuesta situar Argel en el mapa aunque seas un viajero nato. No por desconocimiento, sino porque el turismo en este país no es algo de lo más habitual. Precisamente por esto creo que mi visita a la capital de Argelia es perfecta para contarte algunas cosas interesantes del destino y así tú también puedas saber qué ver y visitar en la ciudad si te animas a dejarte caer por allí. ¿Te imaginas cómo es este país africano?

Yo empecé mi recorrido por la grand post, el edificio de la sede del servicio postal argelino. En esta ciudad prácticamente todos las fachadas son de color blanco. Y no es casualidad. Un presidente decidió en su día que se pintara la ciudad de este color, y ahora el mundo entero conoce este rincón como «Argel la blanca».

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Para moverme por Argel escogí el metro: cómodo, en buenas condiciones y muy muy barato (un ticket cuesta alrededor de 20 céntimos). También puedes moverte en taxi, que tampoco se pasa de precio, pero eso ya depende del estilo de viaje que tengas planeado.

El Monumento de los Mártires es una parada obligatoria. Como está en lo alto de la ciudad, opté por el teleférico, que te recoge en la parte baja y te sube en muy pocos minutos. Por el camino tienes unas vistas TOP, y el precio del ticket es de cerca de 10 céntimos. Te merece la pena, aunque prepárate para ir apretadete si te toca un día de gran afluencia.

📸Si te gusta la fotografía, te lo pasarás en grande disparando la estampa que asoma desde este rincón. Yo solo soy un aficionado, no me lo tengas en cuenta:



Este monumento (el de los Mártires) conmemora la guerra que hubo en el país en 1962 por la independencia de Francia. Tiene forma de tres hojas de palmera y bajo ellas se refugia «la llama eterna». Es el espacio más representativo de toda la ciudad de Argel y desde aquí tienes una panorámica de la ciudad bastante interesante.

Turismo en Argel

Casi todo el turismo que me encontré en Argel era turismo nacional. Es muy raro ver al «típico asiático» con su cámara de fotos o a un inglés con la piel bien blanca.

Mi amiga Eva, que me acompañó y aconsejó durante todo el recorrido con la experiencia de estar viviendo en Argelia, me comentó que los extranjeros que visitan el país suelen hacerlo o bien para encontrarse con alguien que conocen o por motivos laborales. Me contó que el país no está tan abierto como para decir de pronto: «Venga, me voy de viaje a Argelia».

Casi todo el turismo que me encontré en Argel era turismo nacional

Al bajar del monumento es guay que vayas al jardín botánico El Hamma. Espero que tengas buena suerte porque yo no tuve tanta. Los viernes de 13 a 14 horas cierra TODO (hasta el jardín). Es el rezo más importante de la semana y toda Argelia se moviliza. Consejo: Intenta coger fuerzas al despertar porque muchos bares ya cierran sus puertas bien pronto por la mañana para preparar el rezo.

En cualquier caso, después de la espera, se abrieron las puertas de El Hamma y entré a dar un paseo. La verdad es que fue un rato bastante tranquilo. Es enorme, muy muy verde y se respira aire limpio. Genial para relajarse en una capital tan movida.

Argelia, país de pocos turistas

Voy a hacer un parón (antes de darte un tip redondo) para contarte cuánto dinero me gasté durante mi día en Argel:

  • 0’40€ metro de ida y vuelta.
  • 0’20€ teleférico subida y bajada.
  • 0’30€ museo Monumento de los Mártires.
  • 0’50€ entrada al jardín botánico El Hamma.
  • 2’50€ comer al medio día.

Por la tarde cogí un taxi y quiero que conozcas una anécdota que sirve para ilustrar el escaso turismo que hay en la ciudad. El conductor, muy simpático, me preguntó en repetidas ocasiones si había visto el barco que había atracado en el puerto. Le dije que no, y entonces insistió varias veces: «Yo te llevo para allá».

No cogía de camino al sitio al que iba, pero le dio igual. Se desplazó hasta el muelle, paró el coche y me dijo entusiasmado: «Mira, mira». Se trataba de un crucero croata. Aunque en algunos rincones turísticos del mundo esto es el pan de cada día, para el taxista era novedoso y lo quiso compartir conmigo. Hasta se quedó esperando por si quería bajarme a hacerme una foto.

Paró el coche y me dijo entusiasmado: «Mira, mira».

Luego pasamos por una mezquita en construcción. No una cualquiera: la mezquita más grande de toda África. Poco después llegué al Museo nacional de El Bardo, pero tuve la mala suerte de encontrármelo cerrado (tú no cometas mi error y ve antes de las cinco de la tarde). 🙏.

Y ahora viene el tip para cerrar el día: tomar una cerveza en la última planta de un hotel desde el que se ve toda la ciudad (merece la pena). Quizás te mosquees cuando te diga que no te sé decir el nombre, pero es que no me lo apunté y no consigo localizarlo. Si lo llego a recordar, lo compartiré contigo por mi cuenta de Instagram, ¿te parece?

Si quieres probar suerte y descubrirlo tú mientras yo trato de conseguirlo, te dejo por aquí el vídeo que grabé en Argel. Las tomas desde el hotel son las que aparecen a partir del minuto 6:55: